Noticias de actualidad en el mundo cardiovascular.
El Dr. Jorge Toquero, cardiólogo del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, ha realizado una revisión de la dronedarona, un fármaco indicado para pacientes con fibrilación auricular (FA) paroxística o persistente que recuperen el ritmo sinusal. “Según los ensayos clínicos y los registros de la práctica clínica real, la dronedarona es el fármaco antiarrítmico (FAA) más y mejor estudiado en la FA. Las indicaciones clínicas son precisas, y no está recomendado para pacientes con IC descompensada o con disfunción ventricular izquierda severa, ni para pacientes con FA permanente”.
Los ensayos clínicos y los registros más recientes han validado los resultados en términos de eficacia y seguridad: “Se producen menos hospitalizaciones y una menor mortalidad por enfermedad cardiovascular. Cabe puntualizar que la dronedarona se ha mostrado menos eficaz que la amiodarona, si bien registra un menor número de efectos adversos graves y proarritmia”, ha explicado.
La dronedarona, como ha recordado Jorge Toquero, se aprueba en el año 2009 y se lanza al mercado “como si fuese el sustituto estrella de la amiodarona”. Se trata de un FAA grupo III, sin grupo yodado y que registra una menor lipofilia. En cuanto a su farmacocinética, tiene una biodisponibilidad del 70-94 por ciento. Su vida media es de 24 horas y su metabolismo es fundamentalmente hepático.
Los principales hallazgos de los ensayos clínicos se basan en que este fármaco disminuye las recurrencias de la FA (según los Estudios ADONIS y EURIDIS). Además, reduce la mortalidad y las hospitalizaciones por causa cardiovascular (Estudio ATHENA). Asimismo, el Estudio DIONYSOS ha mostrado mayor seguridad de la dronedarona frente a la amiodarona.
En cuanto a las contraindicaciones, el Dr. Toquero ha destacado que la dronedarona no está recomendada en pacientes con insuficiencia cardiaca y disfunción sistólica grave (Estudio ANDROMEDA) y que tampoco debe indicarse en casos de FA permanente (Estudio PALLAS).
“Tras los resultados obtenidos en los estudios de investigación, el posicionamiento de la dronedarona en las guías de práctica clínica, tanto americanas como europeas, fue bastante bueno. Entonces, ¿por qué no se emplea más?”, se ha preguntado Jorge Toquero. En su opinión, se debe a la manifestación de efectos secundarios adversos, especialmente una alerta de toxicidad hepática aparecida en 2011, si bien se determinaron posteriormente las contraindicaciones en casos de disfunción VI y en FA permanente.
Actualmente, la dronedarona se asocia con menos eventos adversos graves comparada con otros FAA, según lo confirma, entre otros, un registro sueco de FA y FAA del año 2014, que comparó la evolución de 4.856 pacientes tratados con la dronedarona con 170.139 pacientes tratados sin este fármaco. Los pacientes tratados con la dronedarona presentaron una menor mortalidad que los tratados con otros FAA. Además, la dronedarona no mostró un mayor riesgo de hepatopatía. En opinión de Jorge Toquero, uno de las posibles complicaciones del empleo de la dronedarona es “cómo hacer el seguimiento”, si bien las pautas están claramente definidas, y deben cumplirse en coordinación con el médico de Atención Primaria y los cardiólogos clínicos.