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“Los anticoagulantes orales de acción directa (ACOD) son fármacos que han demostrado sus ventajas, si bien es necesario realizar un seguimiento del enfermo para comprobar su evolución, su función renal, etc. También es indispensable hacer un correcto control desde Atención Primaria y es fundamental promover una buena educación sanitaria de los pacientes. Al ser fármacos de administración oral, se facilita el cumplimiento terapéutico”, según ha explicado el Dr. Alfonso Martín, jefe de Servicio de Urgencias del Hospital Universitario Severo Ochoa de Madrid.
La acción de los ACOD es rápida y reduce el riesgo sin anticoagulación efectiva y sin necesidad de terapias asociadas a heparina. Su efecto es más potente, predecible y homogéneo porque se produce la inhibición de una única diana terapéutica de forma directa, no mediada por la inhibición de síntesis de factores. El efecto y la farmacocinética predecibles a dosis fijas evitan la necesidad de la monitorización rutinaria, con las ventajas que conlleva para el paciente en su calidad de vida.
Es necesario conocer la semivida de eliminación del ACOD para planificar el manejo de las complicaciones agudas y situaciones especiales. Respecto al manejo de las complicaciones agudas, se basa en conocer el tiempo de eliminación del fármaco, es decir, calcular su vida media o semivida, la función renal y, por supuesto, las interacciones medicamentosas. “De esta forma podemos conocer el tiempo que va a tardar el paciente en determinar la actividad anticoagulante. Esta función es de utilidad ante complicaciones hemorrágicas, sobredosificación o realización de intervenciones quirúrgicas o procedimientos invasivos”, ha indicado Alfonso Martín.
“Aparte de las dificultades del manejo de estos medicamentos, existe un hueco de mejora. Aproximadamente un 40 por ciento de los pacientes están mal anticoagulados y tienen indicación de cambio a estos fármacos de acción directa”, ha indicado el especialista, quien ha añadido: “Creo realmente que la sinergia entre los especialistas de Cardiología, de Urgencias, etc. debe incrementar el buen uso de estos medicamentos, y, vistos los resultados en la práctica clínica diaria, contribuirá a mejorar el pronóstico y la calidad de vida de los pacientes”.
Los ACOD tienen una baja proporción de interacciones con otros fármacos, con otros productos sanitarios o con alimentos. De esta forma se facilita la adherencia al tratamiento y se evitan complicaciones hemorrágicas. Además, existen antídotos o preparados que antagonizan su acción y que son de gran utilidad en complicaciones hemorrágicas, sobredosificación o cirugía urgente.